SOBRE RAZÓN ABIERTA
QUIÉNES SOMOS
El Instituto Razón Abierta es un centro propio de la Universidad Francisco de Vitoria (UFV) para la reflexión, estudio, discusión y divulgación de investigaciones y programas docentes que, desde las diversas ciencias particulares, planteen preguntas fundamentales y busquen respuestas de razón abierta, siempre al servicio de la verdad, de la persona y de la transformación cristiana de la sociedad.
Entendemos por razón abierta, siguiendo a Benedicto XVI, aquella que busca conocer con verdad lo que le rodea, abarcando todos los aspectos de la realidad desde una síntesis armoniosa de saberes que integre el desarrollo de cada ciencia particular y la docencia de las mismas con la teología y la filosofía.
El Instituto fomenta una universidad abierta al conocimiento de la realidad y libre de restricciones ideológicas, ya sean las del reduccionismo de la razón instrumental como las de un humanismo desconectado de la realidad y de la investigación científica. Se fundamenta en la misma convicción que dio origen a las universidades europeas: que la fe y la razón están destinadas a cooperar en la búsqueda de la verdad, respetando cada una la naturaleza y la legítima autonomía de la otra, pero trabajando juntas de forma armoniosa y creativa al servicio de la realización de la persona humana y del bien común en la verdad y en el amor.
MISIÓN DEL INSTITUTO
El Instituto Razón Abierta se crea en la Universidad Francisco de Vitoria (en adelante, UFV) como centro propio (según lo establecido en los arts. 8.1.k y 10.h de las Normas de Organización y Funcionamiento de la UFV), para la reflexión, estudio, discusión y divulgación de investigaciones y programas docentes que, desde las diversas ciencias particulares, planteen preguntas fundamentales y busquen respuestas de razón abierta, siempre al servicio de la verdad, de la persona y de la transformación cristiana de la sociedad.
Entendemos por razón abierta, siguiendo a Benedicto XVI, aquella que busca conocer con verdad lo que le rodea, abarcando todos los aspectos de la realidad desde una síntesis armoniosa de saberes que integre la teología y la filosofía.
El Instituto pretende fomentar una universidad abierta al conocimiento de la realidad y libre de restricciones ideológicas, tanto del reduccionismo de la razón instrumental como de un humanismo desconectado de la realidad y de la investigación científica. Se fundamenta en la misma convicción que dio origen a las universidades europeas: la convicción de que la fe y la razón están destinadas a cooperar en la búsqueda de la verdad, respetando cada una la naturaleza y la legítima autonomía de la otra, pero trabajando juntas de forma armoniosa y creativa al servicio de la realización de la persona humana y del bien común en la verdad y en el amor.
Los objetivos generales del Instituto Razón Abierta son:
- Gestionar los premios Razón Abierta en colaboración con la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger- Benedicto XVI.
- Impulsar y acompañar el trabajo de razón abierta en la UFV.
- Fomentar la creación de redes y la colaboración con profesores de otras universidades, tanto en investigación como en docencia y diseño curricular.
Estos objetivos generales se concretan en los siguientes objetivos específicos:
- Organizar congresos, seminarios y jornadas.
- Alimentar y mantener un repositorio de obras y una base de datos de autores de razón abierta.
- Acompañar a las comunidades de de razón abierta.
- Asesorar en el trabajo de razón abierta de ciencias y asignaturas de la UFV.
- Dar seguimiento al proceso de repensamiento y ofrecer la formación necesaria.
- Apoyar líneas de investigación y de innovación en línea con la Misión UFV.
- Publicar y difundir metodologías e investigaciones de razón abierta.
- Contribuir a propagar la propuesta de Benedicto XVI sobre la razón abierta en el ámbito universitario.
- Cualesquiera otros que, relacionados con los anteriores, se estimen pertinentes por la dirección del Instituto y de la Universidad.
EL CONCEPTO RAZÓN ABIERTA
Ante una cultura positivista y relativista, Joseph Ratzinger y posteriormente Benedicto XVI, hace notar la profunda división de saberes y la excesiva especialización en el ámbito universitario que dejan fuera una visión de conjunto que dota de sentido a cada ciencia específica. El relativismo, el cientificismo y el pragmatismo no dejan lugar a un conocimiento integrador que abarque los objetos de estudio de forma ordenada, impidiendo a priori la búsqueda de la verdad.
El Papa emérito manifestó una constante preocupación por la concepción positivista que niega rotundamente una visión global del hombre y del reconocimiento de su dignidad. Una visión que niega un estatuto científico a la filosofía y a la teología, separándolas completamente del mundo de la ciencia, que se encuentra reducido a las matemáticas y la verificación experimental.
A raíz de esto, Ratzinger vuelve sobre la necesidad de tener una visión amplia y abierta de la razón y de su ejercicio en la búsqueda de la verdad y de la respuesta a las preguntas fundamentales sobre el hombre y su destino.
INSTITUTO RAZÓN ABIERTA
UNIVERSIDAD FRANCISCO DE VITORIA
Horario de atención: de lunes a viernes de 09.00 a 18.00 horas
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El uso de la razón, la denominada “razón abierta” y la búsqueda de la verdad en Ratzinger se encuentran, no tanto en los artículos académicos que el pontífice emérito le haya dedicado a la cuestión, como en su uso efectivo, es decir, en como él mismo se ha servido de la razón para captar la realidad; se trata pues de ver la manera de usar la razón y verla en acto. En definitiva, de un uso de la razón que es interpelado por la realidad, que le lleva a asombrarse y conocer con verdad.
El concepto de razón tiene que ensancharse para ser capaz de abarcar y explorar los aspectos de la realidad que van más allá de lo puramente empírico y lograr una síntesis armoniosa de saberes que integren la teología y la filosofía para poder comprender la realidad respetando su dimensión metafísica. Las cuestiones fundamentales del hombre, cómo vivir y cómo morir, no pueden quedar excluidas del ámbito de la racionalidad.
La razón abierta es, por tanto, aquella que está abierta a conocer con verdad lo que le rodea, escapando de las restricciones ideológicas y subjetivistas que impregnan muchas veces el ámbito del conocimiento.
Se trata de buscar un conocimiento amplio, no solo respecto a la cantidad de conocimiento, sino a la plenitud y profundidad de aquello que se conoce otorgándole a cada ciencia la autoridad que le corresponde en su ámbito y categoría pero sin dejar de lado el sentido último que da sentido y unidad a la especificidad de cada una de ellas.
En la visión positivista, aquello que no es verificable o “falsable” no entra en el ámbito de la razón en sentido estricto. Este concepto de la razón no es una cultura que corresponda y sea suficiente en su totalidad al ser hombres en toda su amplitud.
El concepto de razón, en cambio, tiene que “ensancharse” para ser capaz de explorar y abarcar los aspectos de la realidad que van más allá de lo puramente empírico. Esta razón abierta permite un enfoque más fecundo y complementario de la relación entre fe y razón. El nacimiento de las universidades europeas fue fomentado por la convicción de que la fe y la razón están destinadas a cooperar en la búsqueda de la verdad, respetando cada una la naturaleza y la legítima autonomía de la otra, pero trabajando juntas de forma armoniosa y creativa al servicio de la realización de la persona humana en la verdad y en el amor.
La universidad, en esta perspectiva de razón abierta, jamás debe perder de vista su vocación particular a ser una “universitas”, en la que las diversas disciplinas, cada una a su modo, se vean como parte de un unum más grande. Es urgente la necesidad de redescubrir la unidad del saber y oponerse a la tendencia a la fragmentación y a la falta de comunicabilidad. El esfuerzo por reconciliar el impulso a la especialización con la necesidad de preservar la unidad del saber.
Fuente: Discurso de Monseñor Federico Lombardi en la presentación de los Premios Razón Abierta en septiembre de 2016.