La Universidad Francisco de Vitoria (UFV) lidera un estudio internacional que analiza la formación en prevención del dopaje en los grados relacionados con la salud y el deporte. El trabajo, desarrollado por los profesores e investigadores Millán Aguilar y Alejandro Muñoz, pone de relieve una carencia significativa en los planes de estudio de titulaciones como Medicina, Nutrición, Fisioterapia o Ciencias de la Actividad Física y del Deporte.

Image 5 1024x680 Una investigación de la UFV plantea reforzar la formación antidopaje en los estudios universitarios de Ciencias de la Salud y del Deporte Estudiar en Universidad Privada Madrid

La investigación, que ha contado con la participación de casi 4.000 estudiantes de universidades de España, México y Chile, señala que la mayoría de los futuros profesionales de estos ámbitos carecen de conocimientos básicos sobre el uso responsable de suplementos deportivos, la identificación de sustancias prohibidas o la tramitación de autorizaciones terapéuticas (AUT).

Como respuesta, los autores proponen la inclusión de una asignatura obligatoria en los planes de estudio que integre ciencia, ética y normativa antidopaje. Este enfoque contribuiría a la formación de profesionales con criterio, capaces de prevenir prácticas de riesgo y acompañar al deportista de forma segura y responsable.

“No se trata de que el alumno se convierta en un experto en legislación antidopaje, sino de que comprenda su impacto médico, psicológico y social”, afirma Millán Aguilar, también agente de control de dopaje de la Comisión Española para la Lucha Antidopaje en el Deporte (CELAD).

Prevención desde el aula: una propuesta universitaria

En colaboración con la Universidad Finis Terrae (Chile) y la Universidad Anáhuac (México), los investigadores han comenzado a desarrollar un manual universitario de formación antidopaje. Esta herramienta aspira a ser un recurso de referencia académica que permita a las instituciones integrar estos contenidos de forma estructurada, rigurosa y alineada con las necesidades actuales del deporte.

La falta de formación específica, advierten, no solo limita la capacidad de asesoramiento profesional, sino que puede derivar en consecuencias graves para la salud y la carrera del deportista. Casos recientes, como el del tenista Jannik Sinner en 2024, ponen de manifiesto la importancia de que médicos, fisioterapeutas o nutricionistas conozcan en profundidad la composición de productos de uso común.

La literatura científica es contundente: entre el 14% y el 50% de los suplementos deportivos de venta libre pueden estar contaminados con sustancias dopantes no declaradas, según un reciente análisis de Frontiers in Sports and Active Living 

El riesgo es mayor en productos para ganancia muscular o pérdida de peso, sobre todo si se adquieren online o en países con escasa regulación. En este contexto, los deportistas jóvenes son especialmente vulnerables, influidos por las redes sociales y la promoción sin control de productos no certificados. 

La importancia del conocimiento basado en evidencia

El trabajo de Alejandro Muñoz se centra en el análisis de suplementos legales con respaldo científico. A través de diversos estudios publicados en revistas especializadas, ha identificado efectos positivos en el rendimiento deportivo de sustancias como la cafeína o el zumo de remolacha. No obstante, advierte sobre los riesgos asociados al consumo sin supervisión, la desinformación o la influencia del marketing no regulado.

“El problema no está en el suplemento, sino en su uso sin conocimiento. Una formación adecuada permite distinguir entre lo que funciona, lo que no, y lo que puede poner en riesgo al deportista”, señala Muñoz, profesor del Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte en la UFV.

En sus estudios publicados en revistas como European Journal of Applied Physiology y International Journal of Sports Physiology and Performance ha demostrado que una dosis moderada de cafeína (3 mg/kg) puede aumentar la oxidación de grasas en mujeres activas hasta un 25% por la mañana y un 33% por la tarde. Además, ha registrado mejoras significativas en el rendimiento: salto vertical, velocidad de sprint y precisión en el lanzamiento. 

También ha evidenciado que una suplementación con zumo de remolacha (6,4 mmol de nitrato durante tres días) mejora el rendimiento neuromuscular, aumentando el salto vertical y la fuerza isométrica de agarre. 

Pero no todos los cuerpos responden igual. “Existen variantes genéticas -como las del gen CYP1A2– que hacen que algunas personas metabolicen la cafeína más lentamente. En esos casos, una misma dosis puede provocar ansiedad, taquicardias o insomnio”, matiza Muñoz. 

Un Oro Olímpico a cambio de morir en 5 años  

El dopaje no solo plantea un problema fisiológico, sino también moral. Aguilar lo ilustra con un experimento clásico: “El experimento de Goldman demostró que más de la mitad de los atletas estarían dispuestos a morir cinco años después si eso les garantizara ganar todos los títulos en ese periodo”. 

La reciente creación de los Enhanced Gamesuna competición internacional que permite el uso de sustancias prohibidas para batir récords- ha vuelto a poner sobre la mesa los dilemas éticos del rendimiento sin límites. 

“Nos centramos en el daño físico o psicológico, pero el deterioro ético y moral del deportista también es grave. Convertir el dopaje en espectáculo no solo es peligroso, es profundamente injusto”, sentencia Aguilar. 

Una responsabilidad compartida

La propuesta de los profesores Aguilar y Muñoz va más allá de la prevención técnica. En el centro de su planteamiento se encuentra la defensa de la integridad del deporte y de la equidad en la competición. La formación universitaria, sostienen, debe ser un espacio de reflexión ética, donde los futuros profesionales adquieran herramientas para acompañar a los deportistas con responsabilidad y humanidad.

“El dopaje no es solo una cuestión de salud o de normativa: afecta al sentido mismo del deporte. Convertirlo en espectáculo es una amenaza para sus valores más esenciales”, concluye Aguilar.

Esta iniciativa refuerza el compromiso de la Universidad Francisco de Vitoria con una formación integral que une ciencia, conciencia y servicio a la persona. En un entorno cada vez más exigente y acelerado, la universidad se posiciona como un espacio de referencia para formar profesionales capaces de afrontar los retos del presente con conocimiento, criterio y responsabilidad.