La economía ha continuado el proceso de desaceleración a pesar de las revisiones al alza en algunos indicadores. Es cierto que estos indicadores se han comportado mejor de lo esperado, pero la base es que el fuerte gasto público ha mitigado el empeoramiento de la situación a expensas de un mayor gasto. En nuestro país, si bien hay otro efecto estadístico de bajar la TAE -simple resultado de la comparación con los ya altos niveles del año anterior-, el daño que hace la inflación es alto y siempre le pasa a la gente de ingresos medios más bajos. El impacto de la crisis económica mundial ha complicado este camino de desaceleración.

El contexto internacional se caracteriza por la inestabilidad e incertidumbre, especialmente en las relaciones comerciales entre países. Esto tiene cierta repercusión en nuestro país, especialmente en términos de disminución de las exportaciones y caída de los precios de ciertos productos y servicios. Además, este contexto dificulta la atracción de inversión y financiación extranjera.